Existen numerosos videojuegos que se alejan del
concepto tradicional de juego en el que la habilidad o los reflejos son los
protagonistas para hacer que contar una historia sea el objetivo más importante.
Aquí, un ejemplo: http://viajandoenlacama.blogspot.com.es/2012/12/saga-ace-attorney.html
“To the Moon” lleva esta idea mucho más allá, ya que la
interacción entre jugador y videojuego que propone es muy limitada. Su sistema de juego solo consiste en
movernos por unos pequeños escenarios, investigarlos de manera bastante
rudimentaria y, de vez en cuando, resolver unos sencillísimos puzles. Aparte de
eso, solo leer y contemplar las escenas. Y ahora os preguntaréis… ¿de verdad
merece la pena esto? Para quien conecte con su historia, rotundamente, SÍ.
El argumento nos emplaza en un futuro próximo. En ese tiempo, se
ha desarrollado una máquina que modifica la memoria con el objetivo de que la gente que la solicite posea el recuerdo de una vida en la que han cumplido todos sus sueños. Sin embargo, este servicio solo lo pueden requerir aquellas personas cuya muerte esté cercana. Estos cambios no son reales, solo
existen en la mente, pero esto es suficiente para que fallezcan
con una sensación de felicidad completa, ya que habrán pensado que su vida ha
sido totalmente plena.
Los encargados de modificar la memoria son unos
doctores que se introducen en la mente de la persona. El doctor Watts y la
doctora Roseline serán los personajes que controlaremos en el juego, quienes
tendrán que hacer que su paciente haya creído que ha cumplido su deseo de…
viajar a la luna.
Con este argumento viviremos una historia de llena de emoción
y momentos inolvidables, capaz de hacer que conectemos con John (el paciente
que solicita este servicio) y vivir sus desgracias y alegrías como si fuesen
las nuestras. Así, “To the Moon” puede convertirse en uno de los pocos juegos
que os hagan soltar alguna lagrimilla, a pesar de que el humor también sea un factor
clave (magnífico el irónico doctor Watts).
El juego está creado por el joven canadiense
Kan Gao, ayudado por su equipo Freebird Games. Para ello se valió del programa
RPG Maker. Por esta razón, sus gráficos tienen un aire retro, más propios de la
época de los 16 bits (principios-mediados de los 90), pero con un estilo muy
detallado y bonito. El lado negativo de su apartado visual es la poca
variedad de escenarios, aunque será curioso ver cómo cambian dependiendo de la
época en la que los recorramos.
Como ya he dicho, Kan Gao es casi el único desarrollador del
juego, habiendo compuesto también la música. Y ay, qué música. Una de las
mejores bandas sonoras que he escuchado en los últimos años, con temas a piano
y uno final cantado realmente preciosos. Estas composiciones serán las
encargadas de potenciar de una manera magistral las sensaciones que provocan lo que tenemos ante nuestros
ojos. La pega en este apartado es la misma que antes:
no hay mucha variedad de temas.
"Everything's alright", el tema cantando
El tema principal.
Ya es momento de acabar. Y lo único que voy a decir como
conclusión es que quien quiera vivir una emotiva experiencia tan digna como la
más tierna película o novela, aquí tiene su videojuego. Lo puede
disfrutar todo el mundo, no hace falta ser un experto en esto del ocio
electrónico (comúnmente llamado “friki”). Además, es cortito, por lo que tras 4
o 5 horas lo habremos acabado y el poso que nos habrá dejado permanecerá. Eso sí, es imprescindible saber lo que nos vamos a encontrar: un
juego en el que lo más importante es leer y ver, así que abstener quien
prefiera algo más animado o exigente.
“To the Moon” se puede adquirir en la página web de Freebird
Games y en los servicios de descarga Steam y GoG (entre otros). Suele estar de
oferta o en pack con otros juegos, así que puede salir muy barato. Viene en
inglés, así que tendréis que aplicarle un parche que se puede descargar desde
la página oficial para jugarlo en español (tranquilos, es sencillo).