El inconfundible director Quentin Tarantino se ha vuelto a
poner de moda en el mundillo del cine gracias al exitoso estreno de “Django
Desencadenado” y sus nominaciones a los premios Oscars de este año. Muchas
películas de su filmografía ya son clásicos modernos, íconos de la cultura
popular. Porque, ¿de verdad queda alguien que no conozca, aunque sea “de vista”,
a la rubia de "Kill Bill" embutida en ese traje de cuero amarillo blandiendo la
katana? ¿Es posible que haya alguna persona a quien el nombre de “Pulp Fiction”
le suene a chino, aunque luego no tenga ni pajolera idea de qué va la cosa?
Sin embargo, al margen de mafiosos de negro y nazis varios,
Tarantino tiene una película bastante desconocida para pertenecer a su exitosa familia. Esa pobre desdichada se llama “Jackie Brown”.
Tarantino es uno de los directores más reconocibles del cine
actual, llegando a convertirse en algo así como una especie de marca, o un
género en sí mismo. Su obra se caracteriza por el exceso, tanto de violencia,
como de humor negro, aderezado con toques de absurdo. Puede que estos
ingredientes se encuentren por separado en otras muchas películas de los más
diversos directores, pero la mezcla de Tarantino sigue siendo personal e intransferible.
Algo así como el secreto de la Coca Cola.
Y ahora llegamos a "Jackie Brown": esta es la película del “enfant
terrible de Hollywood" que posee menos de su sangriento y rimbombante toque. Además, en vez de ser un guión original
del director (que suele volcar su locura en películas creadas desde cero), se basa en
la novela Rum Punch, de Elmore
Leonard. Es decir, a pesar de sus intrascendentes pero reveladoras conversaciones, de esa música tan bien escogida, y de ese gusto por los personajes marginales (todo esto marca del director), "Jackie Brown" es la película menos tarantiniana (curioso vocablo) de su producción. ¿He ahí la
causa de su desconocimiento a favor de "Kill Bill" o "Reservoir Dogs"? Muy
probablemente.
“Jackie Brown” es un homenaje al cine blaxploitation, al
igual que “Death Proof” lo es a los slasher o “Django Desencadenado” al spaguetti western. Ahora, el lector se preguntará qué leches es eso del blaxploitation. Y
se lo preguntará con razón, ya que es un género desconocido en
España, aunque en Estados Unidos fuese lo máximo entre la comunidad negra de
los años 60-70. Una forma de definirlo sería que es el de aquellas películas en
las que los negros tienen el absoluto protagonismo; lo demás no importa
demasiado. Aunque mojándome un poco más añadiré que las tramas suelen tratar
temas tan preciosos como bandas callejeras, drogas o ajustes de cuentas.
Tarantino, que tiene mucho ojo, se valió para protagonizar "Jackie Brown" nada más y nada
menos que de la máxima exponente de la blaxploitation
setentera: la actriz Pam Grier. De ella es “Foxy Brown”, la película de este
¿género? más famosa (no, el parecido entre los títulos no es casualidad).
En el reparto nos encontraremos con actores que
sí son conocidos para nosotros como Robert DeNiro, Samuel L. Jackson o Michael
Keaton, entre los cuales se teje esta compleja trama con el robo de una gran
cantidad de dinero de por medio.
Todos estos párrafos y todavía no he hecho la sinopsis
reglamentaria… En fin, ahí va: Jackie Brown es una azafata venida a menos que
se ve envuelta en una complicada trama llena de drogas, dinero y engaños en la
que todos, especialmente el malo maloso L. Jackson (magnífico su papel, tan
imponente como cómico) quieren hacerse con la pasta. Por supuesto, todo esto es
infinitamente más complejo (eh, interviene la poli y todo), pero no merece la
pena que diga nada más, ya que es un lío demasiado gordo el cual es mejor que lo comprobéis vosotros. Solo comentaré que la
trama es muy interesante y te mantiene pegado a la pantalla esperando el próximo giro de guión. Un guión tan bien explicado en el que rara vez nos perderemos. Todo esto, apoyado por el gran carisma de sus
personajes.
La banda sonora es magistral, como nos tiene acostumbrados
el director. Aquí algunos de mis temas favoritos, para no perder la costumbre de poner
algo de música. Imperdibles, y son solo unas pocas canciones.
Pues bien, ya he reivindicado bastante la película.
Cocluyendo, “Jackie Brown” empieza lenta, se hace algo larga (dura más de dos
horas) y tiene un final un poco “light”, pero estos pequeños defectos se verán
eclipsados cuando te zambullas en su trama y te dejes llevar por su magnífica
ambientación “typical Californian”. Además, con ella descubrirás que Tarantino
no es tan raro como parece y que también puede hacer películas más “normales”
de gran calidad.
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