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sábado, 9 de febrero de 2013

TO THE MOON - las sensaciones despegan

Fue completar “To the Moon”, y darme unas ganas tremendas de recomendárselo a todo ser viviente con el que me encontrase. Pero, para que la sugerencia sea efectiva, tendré que hablar de sus bondades; allá vamos (no, no me dan comisión).




Existen numerosos videojuegos que se alejan del concepto tradicional de juego en el que la habilidad o los reflejos son los protagonistas para hacer que contar una historia sea el objetivo más importante. Aquí, un ejemplo: http://viajandoenlacama.blogspot.com.es/2012/12/saga-ace-attorney.html

“To the Moon” lleva esta idea mucho más allá, ya que la interacción entre jugador y videojuego que propone es muy limitada. Su sistema de juego solo consiste en movernos por unos pequeños escenarios, investigarlos de manera bastante rudimentaria y, de vez en cuando, resolver unos sencillísimos puzles. Aparte de eso, solo leer y contemplar las escenas. Y ahora os preguntaréis… ¿de verdad merece la pena esto? Para quien conecte con su historia, rotundamente, SÍ.

El argumento nos emplaza en un futuro próximo. En ese tiempo, se ha desarrollado una máquina que modifica la memoria con el objetivo de que la gente que la solicite posea el recuerdo de una vida en la que han cumplido todos sus sueños. Sin embargo, este servicio solo lo pueden requerir aquellas personas cuya muerte esté cercana. Estos cambios no son reales, solo existen en la mente, pero esto es suficiente para que fallezcan con una sensación de felicidad completa, ya que habrán pensado que su vida ha sido totalmente plena.


Los encargados de modificar la memoria son unos doctores que se introducen en la mente de la persona. El doctor Watts y la doctora Roseline serán los personajes que controlaremos en el juego, quienes tendrán que hacer que su paciente haya creído que ha cumplido su deseo de… viajar a la luna.

Con este argumento viviremos una historia de llena de emoción y momentos inolvidables, capaz de hacer que conectemos con John (el paciente que solicita este servicio) y vivir sus desgracias y alegrías como si fuesen las nuestras. Así, “To the Moon” puede convertirse en uno de los pocos juegos que os hagan soltar alguna lagrimilla, a pesar de que el humor también sea un factor clave (magnífico el irónico doctor Watts).


El juego está creado por el joven canadiense Kan Gao, ayudado por su equipo Freebird Games. Para ello se valió del programa RPG Maker. Por esta razón, sus gráficos tienen un aire retro, más propios de la época de los 16 bits (principios-mediados de los 90), pero con un estilo muy detallado y bonito. El lado negativo de su apartado visual es la poca variedad de escenarios, aunque será curioso ver cómo cambian dependiendo de la época en la que los recorramos.


Como ya he dicho, Kan Gao es casi el único desarrollador del juego, habiendo compuesto también la música. Y ay, qué música. Una de las mejores bandas sonoras que he escuchado en los últimos años, con temas a piano y uno final cantado realmente preciosos. Estas composiciones serán las encargadas de potenciar de una manera magistral las sensaciones que provocan lo que tenemos ante nuestros ojos. La pega en este apartado es la misma que antes: no hay mucha variedad de temas.

"Everything's alright", el tema cantando


El tema principal.

Ya es momento de acabar. Y lo único que voy a decir como conclusión es que quien quiera vivir una emotiva experiencia tan digna como la más tierna película o novela, aquí tiene su videojuego. Lo puede disfrutar todo el mundo, no hace falta ser un experto en esto del ocio electrónico (comúnmente llamado “friki”). Además, es cortito, por lo que tras 4 o 5 horas lo habremos acabado y el poso que nos habrá dejado permanecerá. Eso sí, es imprescindible saber lo que nos vamos a encontrar: un juego en el que lo más importante es leer y ver, así que abstener quien prefiera algo más animado o exigente.

“To the Moon” se puede adquirir en la página web de Freebird Games y en los servicios de descarga Steam y GoG (entre otros). Suele estar de oferta o en pack con otros juegos, así que puede salir muy barato. Viene en inglés, así que tendréis que aplicarle un parche que se puede descargar desde la página oficial para jugarlo en español (tranquilos, es sencillo).


domingo, 3 de febrero de 2013

REIVINDICANDO... "JACKIE BROWN"


El inconfundible director Quentin Tarantino se ha vuelto a poner de moda en el mundillo del cine gracias al exitoso estreno de “Django Desencadenado” y sus nominaciones a los premios Oscars de este año. Muchas películas de su filmografía ya son clásicos modernos, íconos de la cultura popular. Porque, ¿de verdad queda alguien que no conozca, aunque sea “de vista”, a la rubia de "Kill Bill" embutida en ese traje de cuero amarillo blandiendo la katana? ¿Es posible que haya alguna persona a quien el nombre de “Pulp Fiction” le suene a chino, aunque luego no tenga ni pajolera idea de qué va la cosa?

Sin embargo, al margen de mafiosos de negro y nazis varios, Tarantino tiene una película bastante desconocida para pertenecer a su exitosa familia. Esa pobre desdichada se llama “Jackie Brown”.



Tarantino es uno de los directores más reconocibles del cine actual, llegando a convertirse en algo así como una especie de marca, o un género en sí mismo. Su obra se caracteriza por el exceso, tanto de violencia, como de humor negro, aderezado con toques de absurdo. Puede que estos ingredientes se encuentren por separado en otras muchas películas de los más diversos directores, pero la mezcla de Tarantino sigue siendo personal e intransferible. Algo así como el secreto de la Coca Cola.

Y ahora llegamos a "Jackie Brown": esta es la película del “enfant terrible de Hollywood" que posee menos de su sangriento y rimbombante toque. Además, en vez de ser un guión original del director (que suele volcar su locura en películas creadas desde cero), se basa en la novela Rum Punch, de Elmore Leonard. Es decir, a pesar de sus intrascendentes pero reveladoras conversaciones, de esa música tan bien escogida, y de ese gusto por los personajes marginales (todo esto marca del director), "Jackie Brown" es la película menos tarantiniana (curioso vocablo) de su producción. ¿He ahí la causa de su desconocimiento a favor de "Kill Bill" o "Reservoir Dogs"? Muy probablemente.



“Jackie Brown” es un homenaje al cine blaxploitation, al igual que “Death Proof” lo es a los slasher o “Django Desencadenado” al spaguetti western. Ahora, el lector se preguntará qué leches es eso del blaxploitation. Y se lo preguntará con razón, ya que es un género desconocido en España, aunque en Estados Unidos fuese lo máximo entre la comunidad negra de los años 60-70. Una forma de definirlo sería que es el de aquellas películas en las que los negros tienen el absoluto protagonismo; lo demás no importa demasiado. Aunque mojándome un poco más añadiré que las tramas suelen tratar temas tan preciosos como bandas callejeras, drogas o ajustes de cuentas.



Tarantino, que tiene mucho ojo, se valió para protagonizar "Jackie Brown" nada más y nada menos que de la máxima exponente de la blaxploitation setentera: la actriz Pam Grier. De ella es “Foxy Brown”, la película de este ¿género? más famosa (no, el parecido entre los títulos no es casualidad). En el reparto nos encontraremos con actores que sí son conocidos para nosotros como Robert DeNiro, Samuel L. Jackson o Michael Keaton, entre los cuales se teje esta compleja trama con el robo de una gran cantidad de dinero de por medio.



Todos estos párrafos y todavía no he hecho la sinopsis reglamentaria… En fin, ahí va: Jackie Brown es una azafata venida a menos que se ve envuelta en una complicada trama llena de drogas, dinero y engaños en la que todos, especialmente el malo maloso L. Jackson (magnífico su papel, tan imponente como cómico) quieren hacerse con la pasta. Por supuesto, todo esto es infinitamente más complejo (eh, interviene la poli y todo), pero no merece la pena que diga nada más, ya que es un lío demasiado gordo el cual es mejor que lo comprobéis vosotros. Solo comentaré que la trama es muy interesante y te mantiene pegado a la pantalla esperando el próximo giro de guión. Un guión tan bien explicado en el que rara vez nos perderemos. Todo esto, apoyado por el gran carisma de sus personajes.

La banda sonora es magistral, como nos tiene acostumbrados el director. Aquí algunos de mis temas favoritos, para no perder la costumbre de poner algo de música. Imperdibles, y son solo unas pocas canciones. 




Pues bien, ya he reivindicado bastante la película. Cocluyendo, “Jackie Brown” empieza lenta, se hace algo larga (dura más de dos horas) y tiene un final un poco “light”, pero estos pequeños defectos se verán eclipsados cuando te zambullas en su trama y te dejes llevar por su magnífica ambientación “typical Californian”. Además, con ella descubrirás que Tarantino no es tan raro como parece y que también puede hacer películas más “normales” de gran calidad.