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jueves, 21 de marzo de 2013

El Renacimiento de Disney

A pesar de que nombres como “Aladdín”, “Mulán” o “Quasimodo” pertenezcan a clásicos de la literatura, lo más probable es que si los escuchas te vengan a la cabeza las películas de Disney. Y es que casi todo el mundo, niños o mayores, ha visto estas adaptaciones de la llamada “fábrica de los sueños”; unos filmes que han logrado trascender los límites de las pantallas para convertirse en parte de nuestra cultura popular (cabe decir que a ello ha contribuido la ingente cantidad de merchandising que ha promovido la empresa).


El mayor éxito de la compañía, y eso es decir mucho

Disney creó durante todo el siglo XX muchas películas reconocidísimas, pero existe una época especialmente prolífica en la que surgieron una gran cantidad de ellas. Esta época dorada abarcó desde 1989 hasta 1999, cubriendo casi la totalidad de los años noventa. Es la década del “Renacimiento de Disney”.  

Lo primero es preguntarse, ¿por qué “renacimiento”? ¿Qué sucedió antes para que tuviese que resurgir? Empezaré por el principio de todo… El primer largometraje de Disney, Blancanieves y los siete enanitos (1937) tuvo un éxito sin igual, y tras él llegaron otras joyas como Pinocho, Alicia en el País de las Maravillas o El Libro de la Selva

El tito Walt

Todo iba perfecto, la empresa paría clásico tras clásico, los cuales se reestrenarían innumerables veces.  Sin embargo, la oscuridad (o mejor, la “menos luminosidad”) llegó, como era de esperar, con la muerte del maestro, Walt Disney. Después de tan triste, pero natural, acontecimiento, las películas empezaron a perder chispa; Los Aristogatos o Los Rescatadores no eran malas y no carecieron de éxito, pero ya no fueron capaces de perdurar en la memoria colectiva de la misma manera que lo habían hecho sus predecesoras. Un ejemplo: tú, querido lector, seguro que conoces a los entrañables Dumbo o Bambi. Pero… ¿sabes quiénes son Basil o Taron?

Taron y el Caldero Mágico: Disney y la fantasía oscura ochentera

La situación de Disney era cada vez más negra, siendo los años ochenta un verdadero pozo para la compañía, que era incapaz de dar con la tecla del éxito. Pero, tras mucho intentarlo con películas “malotas” como Taron y el Caldero Mágico u Oliver y su Pandilla, tuvo que ser la vuelta de “las princesitas” lo que pusiese a Disney en el lugar que merecía: gracias a La Sirenita (1989), los cuentos tradicionales y los musicales volvieron para quedarse. El fénix iba a resurgir de sus cenizas.

Quien diría que Ariel y sus tiernos pececillos cantarines elevarían a su compañía a los altares


Con el pelotazo de La Sirenita, comenzó “oficialmente” el Renacimiento de Disney, en el que fue a película por año (exceptuando 1993). Y estoy convencidísimo de que todas ellas, o casi todas ellas, son clásicos de la infancia de aquellos que estén leyendo esta entrada. Hablaré muy brevemente de cada una:

- La Sirenita (1989): No se tenía mucha confianza en ella al parecer demasiado “anticuada” y resultó ser la salvadora de la compañía. También reabrió el elenco de princesas Disney tras 40 años sin ninguna incorporación nueva.

- Los Rescatadores en Cangurolandia (1990): La menos conocida de este periodo, y normalmente se la suele excluir de él (personalmente, con razón). Es la primera secuela hecha por Disney, y es curioso, porque no es la continuación de alguna de sus cintas más populares, precisamente.

- La Bella y la Bestia (1991): La primera película de animación en ser nominada al Oscar a mejor película. Los cuentos de hadas estaban más de moda que nunca. 

Escenas como esta conquistaron a crítica y público

- Aladdín (1992): ¿Qué decir de ella? Pues que Alan Menken se consolidaba como un compositor de enorme calado para Disney al ganar el tercer Oscar a mejor banda sonora y mejor canción original (sí, ganó cada uno de ellos tres veces). 
Ya se habló un poco de este genio en este artículo, y espero poder hacer pronto otra entrada dedicada a él.
 
- El Rey León (1994): Simplemente, el mayor éxito de animación de todos los tiempos.

- Pocahontas (1995): Una película algo más seria y orientada al drama. Y… ¡que yo recuerde, la única en la que la pareja protagonista no acaba junta! :O (no habré espoileado a nadie, ¿no?)

- El Jorobado de Notre Dame (1996): Uno de los filmes más adultos de Disney debido a que tocaba temas como la discriminación o la obsesión sexual (vedla ahora con ojos menos inocentes y entenderéis). También es de los más oscuros, lo que se nota bastante en su música y escenarios.

Sí, es lo que parece

- Hércules (1997): Por fin se dejó la inclinación hacia lo serio y se volvió a una hilarante película de aventuras. Divertidísima, todavía sonrío al recordar una escena…

La susodicha escena

- Mulán (1998): Con esta película las princesas Disney dejaron de ser definitivamente damiselas con el único objetivo de esperar a su príncipe azul, pudiéndose considerar como precursora de las guerreras Rapunzel (Enredados) o Mérida (Brave) de ahora. Seguía la estela humorística de Hércules.

- Tarzán (1999): El fin de esta gloriosa época. Disney se atrevió con una historia conocidísima y salió más que airosa.


Todo lo que vuelve a subir, vuelve a bajar, y con la entrada del nuevo milenio se acabó lo que se daba. Disney se encontró de nuevo con una situación conocida: no sacaban películas malas, pero El emperador y sus locuras o Lilo y Stich estaban lejos de impactar tanto como sus predecesoras inmediatas.  Esto se vio agravado con la llegada de la animación tridimensional y el auge de Dreamworks y su nuevo estilo “shreckiano”, más gamberro y lleno de gags. La gran Disney comenzaba a imitar ese estilo que no le pertenecía, perdiendo así parte de su identidad y haciendo que la calidad de sus películas comenzase a bajar de forma alarmante (solo hay que ver la infame Chicken Little).

¿Te acuerdas de El Planeta del Tesoro? Yo tampoco, y eso que la he visto

Recientemente y tras varios años dando tumbos, Disney ha vuelto a apostar por la fórmula que la hizo grande: los cuentos tradicionales y los musicales. Y la decisión ha sido todo un acierto, ya que tanto Tiana y el sapo como Enredados han dado excelentes resultados, y para este año se espera la adaptación de La Reina de las Nieves, el clásico cuento de Anderson. Además, cabe señalar que entre estas adaptaciones nos llegó el año pasado Rompe Ralph, un magnífico canto de amor a los videojuegos retro.

Parece que las princesas han vuelto para quedarse

Con Rompe Ralph y la próxima Frozen (recordemos, “reina de las nieves”) hemos llegado a la actualidad. Y si echamos la vista atrás en estos instantes, seguro que es fácil asegurar para cualquiera que el “Renacimiento de Disney” fue una magnífica época para la compañía y para aquellas personas que la han vivido. En ella se crearon películas atemporales, auténticas joyas capaces de llegar a gente de cualquier edad y generación. Larga vida a sus personajes; ya la tienen, y seguro que la seguirán teniendo durante mucho tiempo más.


Espero que con este artículo hayáis podido descubrir un poco más de “la factoría de los sueños”

martes, 5 de marzo de 2013

"MEJOR MANOLO" - Manolito Gafotas renace


Una sorpresa mayúscula fue la que me llevé cuando me enteré de que Elvira Lindo nos iba a contar nuevas historias de Manolito Gafotas. Más de diez años han pasado desde el último libro de la serie (y su exagerado cliffhanger, o “final abierto”), pero, para regocijo de sus seguidores, el niño de las gafas por fin ha vuelto en Mejor Manolo. Esta nueva entrega supone un publicitado paso hacia la madurez de Manolito,  y de la serie. Sin embargo, parece que el apelativo de “más maduro” se le queda algo grande al entrañable chaval de Carabanchel (alto), así que mejor que le sigamos llamando “Manolito”.



La nueva entrega no sorprenderá para nada a aquellos que ya conociesen a Manolito Gafotas. No obstante, parece que sorprender o innovar no era la pretensión de la autora, sino que el objetivo era traer de vuelta al personaje que tan reconocida la ha hecho. Así, podríamos decir que Mejor Manolo retoma ese estilo “made in Manolito Gafotas” tan característico y que tanto se echaba de menos. La principal novedad es la aparición de un nuevo miembro de la familia García Moreno y el ya comentado paso hacia la madurez. Y es que en muchas entrevistas (que al menos yo he leído/visto), en este libro se ha vendido que ahora Manolito es más mayor, casi un adolescente, y que actúa en consecuencia a su esta nueva etapa. Y yo puedo decir que el Manolito que vemos es el de siempre, y que en lo único en lo que se nota esta “madurez” es en que ahora habla un poquitín más de sexo (muy poco, repito) y poco más. Pero, ¿este “estancamiento” es bueno, o malo? Depende: si llevas esperando la vuelta de este personaje tanto tiempo como yo, lo recibirás con los brazos abiertos; si nunca te ha gustado la saga, Mejor Manolo no te va a hacer cambiar de opinión.

He estado hablando de Manolito Gafotas como si ya lo conociera todo el mundo (algo que considero bastante probable), pero, para aquellos que no estén habituados a su mundo mundial… ¿Qué le hace tan especial? Para empezar, el personaje protagonista: sentimos que es el propio niño quien nos cuenta las cosas, como si tuviese vida y nos hablase. Manolito desborda carisma, pero tampoco se quedan atrás personajes tan memorables como el Imbécil, su madre Catalina o la Luisa. Todos ellos forman una especie de retrato de una típica familia española de clase trabajadora.

Manolito y su troupe desfilarán a lo largo de unos cuantos episodios en los que no importa la historia que se nos cuenta, sino cómo se nos cuenta. Es decir, lo importante son las situaciones, aunque no estén muy conectadas unas de otras (por ejemplo, a menudo nos suelta anécdotas así por las buenas) y, sobre todo, el humor que las impregna. Cada capítulo es independiente del otro; es más, casi podría decir que cada página es independiente de la otra, ya que Manolito desvariará bastante. Aunque este ha sido siempre el estilo de la serie, a algunas personas les puede parecer que esas historietas cortan demasiado el ritmo o no son lo suficientemente interesantes. Como ya he dicho, esta es una seña muy típica de la serie. Otra es el particular lenguaje con el que está escrito el libro, totalmente oral y con algunas faltas gramaticales (intencionadas, por supuesto). Al principio nos puede costar leer de esta manera, pero muy pronto nos acostumbraremos.

Mejor Manolo no es un buen libro para comenzar la saga, ya que tiene muchas referencias a hechos ocurridos en otros tomos que se “dan por sabidas”. Y aquí viene algo que le puede resultar bastante interesante a los seguidores: en esta entrega se retoman y se amplifican muchas cosas que en otros libros de la saga han pasado de puntillas (un ejemplo, el secarral de los García Moreno).

En conclusión, Mejor Manolo es un digno regreso de la serie, pero que, aunque mantiene un buen nivel, no se acerca a la excelencia de Manolito on the Road y Yo y el Imbécil (es lo que tiene poner el listón tan alto). Creo firmemente que este libro es solo el principio de una nueva etapa de la serie, espero que Elvira Lindo nos traiga más historias del niño de las gafas y que lo lleve de nuevo a su mejor nivel. Ya ha demostrado que Manolito puede seguir siendo el de siempre, a pesar de los esfuerzos para convertirse en “Manolo”.